11 junio 2017
Su entrenamiento como contadora le ha dado a Janneth Moreno Castañeda la habilidad para calcular al milímetro cada movida empresarial y controlar la gestión de todos sus procesos. Así fue como decidió dar el salto de una distribuidora de ropa interior y vestidos de baño que tendría alcance internacional, a la fabricación de prendas desechables.
Mainco Health Care S.A.S. inició operaciones en noviembre de 1997 por iniciativa de esta tolimense que llegó muy joven a la capital vallecaucana. Con el apoyo de varios de sus familiares, logró pasar de 2 a 40 referencias que son usadas en todo tipo de intervenciones quirúrgicas. En la línea estéril cuenta con ropa y accesorios para laparotomía, oftalmología, hemodinamia, anestesia y ginecología, entre otros; también fabrica prendas no estériles como batas, fundas, gorros y pareos.
“En un comienzo la idea era enfocarnos en la distribución pero los pedidos crecieron demasiado rápido. Los maquiladores comenzaron a incumplir en las entregas y fue necesario dar el salto para fabricar los productos”, explica Moreno sobre las circunstancias que la llevaron a invertir en el montaje de una planta de producción y la contratación de más mano de obra.
Siguiendo la visión inicial de tener presencia en el exterior, iniciaron atendiendo los pedidos del Hospital Pablo Arturo Suárez, de Ecuador. También realizaron exportaciones a instituciones de Costa Rica y Panamá pero la creciente demanda local los tentó a concentrarse en las necesidades de las clínicas en las principales ciudades del país; la primera licitación se la ganaron en Bogotá, con la Clínica Shaio, contrato que avaló la calidad de sus productos y les generó nuevos clientes de primer nivel.
Moreno tenía claro que su crecimiento debía ser integral, por lo tanto se enfocó en atender los requerimientos de las clínicas privadas que no están inmersas en el grave problema de recuperación de cartera que enfrenta el sector de la salud pública en Colombia. El 90% de su producción se distribuye en centros de salud, consultorios de profesionales y clínicas mientras que el 10%, en particular gorros y tapabocas, se vende a empresas de la industria y la producción de alimentos.
Su cubrimiento geográfico es amplio, atendiendo instituciones en Cundinamarca, Meta, Tolima, Huila, Caquetá, Valle del Cauca, Cauca, Nariño, Caldas, Risaralda, Quindío, Norte de Santander, Santander, Atlántico y Sucre.
Excelencia en la producción
“La producción de ropa quirúrgica es de máxima exigencia en la calidad y llegábamos a competir con marcas importantes, lo que nos obligó a implementar procesos de calidad de muy alto nivel”, señala Moreno. La empresa cuenta con registro sanitario del Invima para la fabricación de dispositivos médicos, de acuerdo con el decreto 4725 del 2005.
Así mismo, garantiza la trazabilidad en el proceso de esterilización, que es un requisito para el consumo del producto en el área de cirugía, cumpliendo con los parámetros de la norma NTC 5936 (derivada de la ISO 11135) de los dispositivos médicos.
Otro factor diferenciador clave es el perfil de la fuerza comercial, compuesta por instrumentadores quirúrgicos que brindan soporte directo, asesoría y capacitación sobre el uso y manejo de los productos al personal médico y las instituciones que atienden.
Gracias a la cercanía con los clientes, detectaron la necesidad de adicionar accesorios clave en los kits desechables estériles, que al inicio solo contenían ropa médico quirúrgica. De esa manera, han incluido cánulas, y recipientes plásticos de 250 cc, 500 cc y 1000 cc, entre otros, que evitan la compra de estos componentes con otros proveedores.
Por otra parte, los ejecutivos de ventas cuentan con el software CG UNO que les permite realizar el ingreso de pedidos, controlar la facturación y mantener actualizados los inventarios. También manejan una aplicación móvil, que permite monitorear los tiempos de desplazamiento y las rutas de los agentes comerciales y se traduce en un indicador de efectividad.
Más retos
A punto de cumplir sus 20 años de operaciones, Mainco Health Care S.A.S. se ha convertido en una importante generadora de empleo en la región, con 120 colaboradores en la planta y 36 en las demás actividades de soporte y comercialización. En los últimos tres años sus ventas han tenido un crecimiento promedio anual del 20% alcanzando al cierre de 2015 ingresos por $7.800 millones, resultado que les permite proyectar la apertura de operaciones en Zona Franca, en el mediano plazo.
Esa alternativa ha sido impulsada por las buenas condiciones competitivas que tienen frente a los productos importados, dada la devaluación que se ha registrado en el país en los últimos dos años y que les ha granjeado nuevos clientes que quieren suministros a precios estables. Esa movida también será clave en su plan para retomar las exportaciones, que fueron fundamentales en su consolidación y podrían apuntalar la dinámica de sus ventas. De hecho, Moreno proyecta un incremento del 30% en los despachos al exterior en el 2017.
Janneth no solo tiene números en su agenda. El impacto social también es un objetivo esencial en el quehacer de la organización. Por eso, tienen un convenio con la caja de compensación Comfandi y el Instituto para Niños Ciegos y Sordos del Valle mediante el cual emplean a personas en situación de discapacidad auditiva, que pueden desempeñarse en el área de producción en donde se generan mayores niveles de ruido.
Fuente https://www.ccc.org.co/categoria_articulo/health-care-modelo-negocio-se-expande/
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